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ıllı La Guerra Mas Antigua del Mundo (wiki)
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ıllı La Guerra Mas Antigua del Mundo (wiki)
del Lugar Web GazzettaDelApocalipsis Se trata de una guerra enterrada, tan vieja como el humano. Ignorada por todos, es el eje central de todos nuestros males, la fuente de la que manan muchas de nuestras desgracias como especie. Es la lucha que encara al Sistema con el Individuo Todos los enfrentamientos sociales, políticos o bien económicos, todas y cada una de las guerras y revoluciones, no son más que toscas réplicas casuales de este enfrentamiento eterno. No charlamos de una lucha usual, obviamente. Mas tampoco charlamos de aspectos filosóficos de carácter metafórico que puedan ser ignorados por resultar poco prácticos. Es más real y tangible de lo que la mayor parte de gente cree. Se trata de un enfrentamiento dispar, entre nuestra esencia más profunda y un oponente difuso y prácticamente intangible, tan impío, inconsciente y eficaz como lo pueda ser una máquina. Empieza siendo algo semejante a la instalación de un programa informático en nuestro cerebro: Muchos esgrimirán que somos animales sociales y que esta "programación" que recibimos es esencial a fin de que podamos convivir unos con otros. Sin embargo, debe sostenerse un equilibrio en el momento de establecer una convivencia social sana entre la expresión de la personalidad y las necesidades grupales. Y ese equilibrio se rompió en el instante en el que las reglas de convivencia dejaron de ser un instrumento al servicio de los Individuos y fueron los Individuos los que se transformaron en herramientas al servicio del Sistema. Ese inconveniente, lejos de solventarse se ha ido agudizando con el paso del tiempo, hasta lograr su punto culminante hoy en día. Algo de lo que bastante gente no desea tomar conciencia. Pero como afirmábamos, la escuela es el primer sitio donde el Sistema comienza su labor de borrado de nuestra identidad. La energía exuberante que 'la naturaleza' ha pensado para que los pequeños cachorros exploren y aprehendan su ambiente queda de esta manera capada, tal y como si alguien hubiese levantado una presa en nuestro interior con la que embalsar esas energías que deberían fluir como un torrente. Y es así como, una vez aprendemos a obedecer (pues esa es lo primero que nos enseñan al acudir al instituto y la única lección que nos repiten cada día), nuestra psique queda moldeada por siempre, a la perfección amoldada para pasar a ser parte de la maquinaria del Sistema. Se trata de una lógica prácticamente industrial, en la que las escuelas son cadenas de montaje de ciudadanos obedientes y donde los que no superan el "control de calidad", son clasificados como material de segunda y habitualmente, clasificados como piezas excedentes que han de ser rechazadas o bien recicladas. Los medios y la industria cinematográfica y musical trabajan incesantemente moldeando nuestra fantasía, el instrumento pero subversivo del que dispone el humano. Cada canción se transforma de este modo en un mantra que se repite una y otra vez en nuestra cabeza, inculcándonos que no hay nada alén de la muralla y que no existe más belleza posible que la que contenga la habitual canción de cuatro minutos que debemos ingerir como una pastilla suministrada por la moda del instante. Historias llenas de policías, guerreros, abogados o bien criminales, todos representaciones de exactamente la misma cosa, mas con diferentes etiquetas. Ni los géneros fabulosos son capaces de reproducir realidades que no sean perturbaciones maquilladas del propio Sistema. Pero para encadenar nuestra fuerza creativa, tan peligrosa para nuestro contrincante, no es suficiente con capar nuestra imaginación y nuestros sueños. Y una vez superada esa fase, la maquinaria ha aprovechado la energía liberada por tanta opresión y ha transformado la sexualidad en algo banal, en un simple suministro de placer y endorfinas, promocionada como cualquier otro producto de marketing, con la intención de quitar cualquier conexión posible con nuestro interior y convirtiendo el contacto sexual con las otras personas en un simple roce agradable. Podemos decirlo sin tapujos: Incapaces de explorar la realidad por nosotros mismos y de juzgarla con criterios propios, nos aferramos a las verdades que nos provee la 'autoridad', nuestro gran punto de referencia. Es muy cómodo vivir así: Es por esta falta de emociones asociadas a la multitud de datos con que nos bombardea el Sistema que caemos en la abulia y al final nada nos importa. Aturdidos y también insensibilizados, ni la más obscura de las verdades ya es capaz de levantarnos del sofá y traducir la indignación en contestación. Y de esta forma nace nuestro gran sueño social: ser reflejados por el resto espéculos, si bien sea devolviendo una imagen ridícula y distorsionada de lo que somos; mas poco nos importa: Eso nos hace sentir "vivos"... Nos negamos a verla, preferimos opinar que todo va bien y que todo está en su sitio, si bien el planeta entero esté bocabajo y seamos, Porque ya no somos los que actuamos: es el Sistema el que actúa, defendiéndose a través nuestro. La mayoría obedecemos, trabajamos y servimos de forma ciega, sin levantar la cabeza. Mas una pequeña minoría es filtrada por el Sistema cara los puestos líderes. Con su lógica inexorable, la maquinaria promociona a los peores humanos, los menos empáticos, los más ególatras, ambiciosos y también impíos, a fin de que alcancen los puestos de poder y se transformen en los gobernantes del planeta. De todos y cada uno de los esclavos, son los peores. En ellos no han calado las patrañas del Sistema, creadas para nublar la psique del resto de Individuos. Saben que todo eso son patrañas creadas por la maquinaria para esclavizarnos. Su planeta solo se divide en ganadores y perdedores, en predadores y presas. Y el Sistema les ayuda a apresar impunemente, confundiendo a sus víctimas a fin de que puedan devorarlas sin piedad. No es extraño que este género de Individuos sientan menosprecio por el resto de nosotros. Es el menosprecio que siente el lobo frente a un rebaño de ovejas, acumuladas, miedosas y sumisas, inútiles de defenderse pese a ser millares, levantando balidos lastimeros de queja mientras que el lobo les arranca la carne a dentelladas. Que lo que calificamos de lucha entre el Sistema y el Individuo es la visión distorsionada y exagerada de las activas naturales surgidas de todo proceso de socialización. Un enfrentamiento lógico que viene produciéndose desde el principio de los tiempos y que proseguirá del mismo modo a partir de aquí. Pero en eso van muy equivocados. El Sistema emplea de forma eficaz todos y cada uno de los recursos a su predisposición y ahora goza de instrumentos interminablemente superiores a los que disponía, no solo hace siglos atrás, sino más bien hace solo décadas atrás. Su poder aumenta exponencialmente y su control sobre cada Individuo de este planeta ya no se restringe al aspecto sicológico y social, como otrora. Hay algo más: Pero entonces, si el 'Sistema' actúa a propósito, Esas no son preguntas simples de responder…
dos Mayo 2014
En verdad, no es un combate frente a frente, sino más bien un acoso unidireccional y también muy frecuente del Sistema contra la Personalidad.
Su objetivo es apagar hasta la última chispa de identidad propia que pueda surgir del humano. Y como afirmamos, es algo mucho mayor y real que lo que bastantes personas pueden llegar a concebir.
En parte lo comienzan nuestros progenitores, inficionados como están por la programación del Sistema.
Mas verdaderamente es en la escuela donde comienza a mostrarse en su crueldad.
Y obviamente, están en lo cierto: absolutamente nadie discute eso. Hacerlo sería absurdo.
La configuración de las propias salas es una teatralización evidente de lo que el Sistema espera que sean nuestras vidas:
Esa es la genuina función de los centros de enseñanza: taponar ríos que deberían correr con libertad buscando su camino y transformarlos en aguas atascadas en las que el Sistema pueda operar sin el riesgo de ser arrastrado por la corriente.
Mas la escuela solo es una de las herramientas que emplea el Sistema en el momento de cancelar nuestra personalidad y nuestro criterio propio.
La sociedad entera es una máquina con perfección aceitada para efectuar tal cometido.
Su objetivo principal es impedir que los individuos puedan llegar a concebir nada alén de los muros del Sistema, aprisionando de esta forma sus psiques y sus sueños presentes y futuros.
Somos bombardeados con músicas repetitivas, con estructuras copiadas y reproducidas hasta la saciedad.
El cine y la T.V. nos encierran en un planeta formado por personajes prefabricados, juegos de espéculos en los que debemos reflejarnos para no soñar con transformarnos en algo demasiado distanciado de la "realidad admisible".
Asimismo debe agredir esa fuerza principal tan poderosa que une lo terrenal y lo espiritual:
Y para esto, el Sistema no duda en cancelar su valor.
Primero lo hizo tildándola de 'pecado' y cargándola de 'culpabilidad', logrando conque cada trago que tomáramos de ella se transformara en un trago amargo.
Y es de esta forma como, una vez moldeada nuestra psique y nuestra fantasía y cortada la conexión con nosotros mismos, nuestro oponente ya no halla oposición y puede transformarnos en sus esclavos.
Educados desde pequeños para rehusar la duda y la indefinición en nosotros y en el resto, corremos a ser clasificados y etiquetados por la sociedad y como los anticuerpos de un organismo, atacamos visceralmente al que no sea adecuadamente clasificable, puesto que pone en duda nuestras agradables estructuras mentales.
Abrazamos colores y banderas y firmamos persuadidos el contrato de las opiniones y las ideologías, aquel que nos asegura que la "verdad" está de nuestra parte y que ya no es preciso que volvamos a meditar o bien juzgar caso por caso, puesto que es la propia creencia adquirida la que va a hacer el trabajo por nosotros.
Dividimos de esta forma el planeta en 'buenos' y 'malos', con la calma establecido de que nuestro rebaño es el que prosigue el camino adecuado y que nuestro pastor es el único que tiene buenas pretensiones.
Y abandonados a este agarrotamiento de nuestra psique y de nuestros instintos, podemos sentarnos en nuestro sofá y gozar de la rutina hipnótica diaria:
Terminamos estando tan vivos como un espéculo, que solo refleja la vida procedente del exterior, rebotando sin meditar las imágenes que le son suministradas.
En eso se ha transformado nuestro mundo: en algo superficial, sin profundidad, donde la anécdota y la apariencia nos sirven de disculpa para no encarar nuestra triste realidad.
Mas lejos de sentir vergüenza por este motivo y lejos de levantar nuestros puños para revertir la situación, despilfarramos nuestras pocas energías atacando al que se atreva a revelarnos la verdad o bien a intentar abrir nuestros ojos.
Instalado en nuestra psique, defiende su territorio y su obra y nos usa para sus fines.
Todos somos sus esclavos, cada uno de ellos con una función asignada.
Su función es sostener el Sistema de pie y en perfecto funcionamiento, por propio interés.
Por esa razón el Sistema les cautiva, susurrándoles al oído que "son superiores al resto y que les tocan los puestos líderes", aquellos desde los que van a poder cumplir sus deseos y también impulsos más primarios: depredar a sus hermanos.
Para ellos no hay buenos, malos, leyes, morales, ni banderas.
Así, van a hacer lo que sea para sostener el Sistema de pie. Es el ambiente que siempre y en toda circunstancia han soñado. Es su paraíso terrenal.
Muchos esgrimirán que siempre y en toda circunstancia ha sido de esta forma.
Pronto va a ser algo físico y cuando deseemos darnos cuenta, ya va a ser demasiado tarde.
Por el hecho de que si bien muchos no deseen creerlo, el Sistema no es el reflejo inerte y mecanicista de las activas sociales humanas.