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ıllı La Verdad Sobre la Violencia (wiki)
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ıllı La Verdad Sobre la Violencia (wiki)
del Lugar Web GazzettaDelApocalipsis Un tema que absolutamente nadie desea encarar y que provoca contestaciones automáticas, cargadas de temor y sentimientos de culpabilidad, fruto de la programación mental a la que todos estamos sometidos. Y es que este, no es un tema nada simple de abordar. Exige osadía y una psique abierta para encararnos a cosas que no deseamos ver y que nos ubican frente al espejo… PONGAMOS LAS COSAS EN SU LUGAR Nos guste o bien no, la naturaleza está llena de violencia. El león devora a la gacela, el gorila dominante del conjunto refrena fuertemente a los machos aspirantes, el mosquito perfora nuestra piel y la vaca arranca y mastica la yerba a su paso. Por esa razón, cuando alguien "condena la violencia", o bien afirma que "la violencia no conduce a parte alguna", sencillamente hace el absurdo. Condenar la violencia es como condenar la ley de la gravedad. (y podríamos hacerlo: al fin y a la postre, la ley de la gravedad ha matado a bastantes personas buenas y también inocentes que no habían hecho daño a absolutamente nadie) Ciertamente, la mayor parte de nosotros no desearíamos que las cosas fuesen de esta manera, comenzando por quien escribe estas palabras. Preferiría vivir en un planeta donde los intercambios biológicos de materia y energía o bien las activas de poder o bien defensa del territorio fuesen muy, muy diferentes. Un cosmos espiritual en el que los seres vivos no se perjudicaran entre sí y en el que intercambiasen energía y materia de forma agradable, formando una red simbiótica y armónica con perfección equilibrada, donde nunca hiciesen acto de presencia ni el dolor ni la muerte. Pero si eso existe, ha de ser en otra dimensión o bien en otro cosmos. Aquí y en este planeta, reina el intercambio violento y doloroso de energía y materia. Y no podemos cerrar los ojos a estas activas naturales. En estas circunstancias, el que está fuera de sitio eres , no el lobo. Eres el que debe amoldarse a las circunstancias del instante. Los conceptos de "pacifismo", "convivencia" o bien "moralidad" son abstracciones que solo viven dentro de tu cabeza. Pero en cualquier caso apacible, si lo quieres puedes proseguir siendo "irenista"… mientras que te arranque la carne a bocados y triture tus ligamentos, siempre y en todo momento vas a poder meditar en Gandhi, Jesucristo y la Madre Teresa de la ciudad de Calcula. Eso no te lo quita nadie… Todo esto puede parecer muy obvio, mas realmente determina todos y cada uno de los aspectos en torno a este tema. Porque el Sistema ha reemplazado el término natural de violencia que todos llevamos instintivamente arraigado a nivel biológico por un nuevo término abstracto y distorsionado de "violencia", creado ex--profeso con la intención de impedir que los individuos recurran a su instinto violento como medio de autodefensa frente a la agresión. Quien domina las definiciones, domina el planeta. Por el hecho de que quien controla las definiciones, controla las psiques y controla las opiniones de la sociedad. Controlar las definiciones significa manipular los conceptos, el nombre que se les asigna, su sentido, sus límites y ante todo, los valores que se les asocian. Y una vez hecho eso, obligar a el resto a acatarlos tal y como si fuesen la única verdad posible y admisible. En eso consiste el ejercicio del poder. Y el caso de la violencia es un claro exponente de ello. La violencia siempre y en todo momento es justificable Y eso nos lanza una conclusión: En consecuencia, está claro que el bando ganador o bien dominante, esto es, el que tenga más poder, siempre y en todo momento hallará plena justificación a su actitud violenta, hasta transformarla en algo lícito y injuriará la violencia del que se le oponga, catalogándola de actitud delincuente y también ilegal. Un día, el macho alfa descubrió que quién domina las definiciones domina la manada.Y para preservar su poder, cambió el significado de las palabras a su conveniencia. Una vez establecidas estas definiciones, solo debió inculcar por la fuerza a el resto miembros del conjunto que "la violencia es algo malo" para lograr que cualquiera que se le opusiese, recibiese el rechazo unánime de la mayor parte. Una jugada perfecta que derivó en lo que todos conocemos: el monopolio de la violencia del Estado. Lo vemos día tras día en los medios Fijémonos en las palabras usadas por los cronistas, un genuino manual de la manipulación del lenguaje y de la psique del espectador. A los participantes de la manifestación que actúan violentamente, los cronistas los llaman "los violentos". Sin embargo, cuando un agente de policía dispara balas de goma o bien golpea con una porra asimismo está usando la violencia, precisamente igual que un participante de la manifestación que lanza piedras o bien un coctel Molotov. Catalogar solo a uno de los 2 bandos de "violento" es manipular el lenguaje y a los espectadores a propósito (algo que por otra parte, no debería extrañarnos, puesto que hace ya un tiempo que la manipulación social es el único cometido del periodismo) De exactamente la misma forma, cuando en una manifestación se habla de "los encapuchados", se vuelve a recurrir al mismo género de manipulación. Exactamente lo mismo que hacen los agentes antidisturbios: actúan violentamente y esconden su identidad con la intención de resguardarse de represalias siguientes por la parte de la población. ¿Por qué ocurre eso? Pues solo uno de los 2 bandos tiene el poder suficiente para dominar las definiciones. Así de sencillo... Si mañana estallase una revolución y los que ahora son tildados de "violentos" alcanzaran el poder, ¿alguien duda de que desde ese instante, sus actos precedentes serían "justificados" y "lícitos"? Un último ejemplo de esto lo vemos nuevamente en los medios. Cuando los cronistas, los contertulios o bien los políticos instan a condenar un determinado "acto violento", realmente no están ejercitando un acto de defensa de la moralidad y la convivencia social, como desean hacernos pensar. En realidad, están efectuando una amenaza, por medio de un sutil mecanismo represivo. En ese instante, ejercitan de portavoces del "macho alfa" que te está diciendo: Y eso no guarda relación con la moralidad o bien la convivencia social. Es un ejercicio puro y duro de poder. De hecho, más que interpretarlo de este modo, desearéis interpretarlo de este modo. En muchos casos se va a haber disparado en vuestras psiques, de forma inconsciente, un mecanismo automático de contestación y rechazo, fruto de la programación recibida. En vuestro cerebro se va a encender algo similar a un cartel lumínico con el mensaje "violencia no" mientras que desfilan ante vuestros ojos y con actitud reprobatoria los grandes irenistas de la historia: John Lennon, Gandhi, Martin Luther King o bien Nelson Mandela. Pero este artículo pretende ir un tanto alén de visiones tan simplistas y limitadas. Quien lo haya sabido leer, va a haber visto que en el artículo no nos hemos puesto ni a favor ni contra los actos violentos en las manifestaciones, ni a favor ni contra las acciones de los antidisturbios, ni de los conjuntos terroristas, ni de los ejércitos, ni de los imperios que cíclicamente han conquistado el planeta. Este escrito no está ni a favor ni contra la violencia. Simplemente, trata de observarla desde la distancia, si bien sea superficialmente, como el fenómeno que es. Las cosas no son tan fáciles Sabemos que la violencia imposibilita el empleo de la razón y que en la mayor parte de casos se transforma en una herramienta de manipulación de las masas, puesto que usa los más bajos instintos del humano, transformando a las personas en bestias inútiles de sentir empatía y razonar. Sabemos que la violencia produce más violencia, puesto que es un mecanismo que se retroalimenta, ocasionando solo destrucción y dolor físico y sicológico. Pero asimismo sabemos que no contestar a la violencia, asimismo puede producir más violencia, puesto que siempre y en todo momento, en todos y cada uno de los casos, no presentar una oposición firme sirve de acicate para perpetuar el abuso. Todos sabemos lo que significa el pacifismo real y la no-violencia: Pero las cosas no son tan fáciles… al lobo no le venceremos con pacifismo, si bien muchos, inocentemente (o bien malintencionadamente), nos quieran hacer pensar que sí. Ser pacífico no tiene ningún valor si se termina transformando en una herramienta de subyugación y sumisión al poder de los predadores. Y es que este ha sido el enorme truco del lobo. Nos ha hecho opinar que las ovejas son pacíficas. Cuando realmente, lo que son, es cobardes...
diez Junio 2014
Se trata de un tema incómodo.
Todo ello son acciones violentas que implican el empleo de la fuerza contra la voluntad de otro organismo.
Todo ello implica ocasionar dolor a otros seres vivos por conveniencia propia.
De esta forma es la naturaleza en estado puro.
Lo miremos por donde lo miremos, condenar la violencia como término es caer en el absurdo más sonrojante.
Como afirmábamos en precedentes artículos, es como estar encerrado en una habitación con un lobo hambriento. No te servirá de nada hablarle de "pacifismo" y decirle que "la violencia no lleva a parte alguna".
El lobo no los precisa. Tiene apetito y fuerza. Punto y final...
Lo bastante difícil de aceptar, en suma, es que la violencia, en sí, no es ni buena ni mala y que calificarla de una forma o bien otra, depende de valoraciones abstractas inventadas por nosotros mismos.
Es tal y como si el lobo de la habitación, al ver que sujetamos un garrote para defendernos, se nos acercara, de manera lenta, y nos afirmara con voz suave:
EL CONTROL DE LAS DEFINICIONES
Esto es una cosa que bastante gente se niega a entender, pese a que la historia está llena de ejemplos que lo prueban. Todas y cada una de las guerras y actos violentos, sean los que sean, han sido correctamente justificados por los dos bandos en su instante.
Y es que encontraremos esta clase de justificaciones en todos y cada uno de los casos habidos y por haber, desde el imperio más grande hasta el grupúsculo armado más pequeño.
Este es el enorme truco del macho alfa
Fue un enorme salto intelectual, sin duda.
Su actitud violenta pasó a ser llamada "la ley" y la justificó calificándola de "defensa lícita del orden y el bien común"; y en contraposición, tildó la actitud violenta de todo aquel que se le opusiese de "violencia infundada".
Y no solo eso:
Este truco lo vemos reflejado a diario en los grandes medios y más particularmente expresado cuando se generan altercados en las manifestaciones.
Se trata de un truco fantástico, por el hecho de que al llamarlos de esta forma, implícitamente se da a comprender que los únicos que emplean la violencia son los participantes de la manifestación.
Lo cierto es que los dos bandos usan la violencia para lograr objetivos diferentes.
Los participantes de la manifestación que actúan violentamente esconden su identidad con la intención de no ser identificados, resguardar su seguridad y eludir represalias siguientes de las autoridades.
Los dos bandos recurren a medios violentos. Los dos bandos esconden su identidad. No obstante, solo uno de ellos es calificado de "violento" o bien "encapuchado".
En consecuencia, la violencia, sea del tipo que sea, siempre y en toda circunstancia es justificable… solo hace falta ganar la batalla y imponer por la fuerza los códigos precisos de programación mental al resto de la sociedad.
La contestación inconsciente
Llegados acá, posiblemente muchos de vosotros os estéis removiendo incómodos en vuestros asientos, pensando, equivocadamente, que este artículo justifica la violencia.
Aun posiblemente ciertos lectores, creáis que quien escribe estas líneas es una persona amante de la violencia extrema, que escribe los artículos con un pasamontañas y una pistola en la cintura.
Sabemos cuáles son las maldades de la violencia y sus horribles riesgos.
Es el enorme drama que vivimos.